En el proceso de recuperación de la salud mental, los espacios juegan un papel clave en el bienestar del paciente. De ahí la importancia de diseñar centros médicos que influyan positivamente en su bienestar emocional y psicológico. Los daños en la salud mental siempre serán motivo de preocupación en la sociedad. De hecho, parte de la solución de estos problemas pasa por los centros de salud mental. Por ello, es importante crear y diseñar entornos hospitalarios que sean terapéuticos y, al mismo tiempo, más «humanos» con los pacientes psiquiátricos. Según la OMS, una de cada ocho personas en el mundo (lo que equivale a unas 970 millones de personas) padecía un trastorno mental en el 2019. Sin embargo, las estimaciones mostraron un aumento de hasta 26% para el 2020, debido a la pandemia de COVID-19. Colombia tampoco se queda atrás: se calcula que el 40 % de la población entre los 18 y los 65 años ha sufrido, está sufriendo o padecerá un trastorno mental diagnosticable en algún momento de la vida. Aun así, muchos de estos centros no suelen estar equipados con espacios y distribuciones que puedan proporcionar un lugar reconfortante y relajante a quienes están atravesando una crisis. El estigma asociado a la enfermedad mental no hace sino intensificar los sentimientos de soledad, aislamiento y vergüenza de los pacientes. Frente a este panorama, es indispensable crear espacios diseñados que rompan con los prejuicios sobre la salud mental a la vez que promuevan un proceso de recuperación rápido y eficaz. ¿Cómo puede la arquitectura mejorar los entornos terapéuticos? De acuerdo con la plataforma de arquitectura e ingeniería Rethinking The Future: «Las tendencias actuales apuntan a diseñar y desarrollar centros de salud de vanguardia que no solo se centren en tener mejoras estéticas sino que también hagan un esfuerzo deliberado para promover la salud de los pacientes y los mecanismos de curación. La manipulación arquitectónica del espacio puede actuar como un catalizador en la creación de un ambiente de curación que puede afectar el comportamiento físico y psicológico del paciente.» Y, en efecto, la arquitectura terapéutica puede ser, sin duda, una herramienta eficaz para mejorar el proceso de curación de los pacientes siempre y cuando cumpla con tres aspectos fundamentales: Un diseño enfocado en un mejor uso de la luz natural; la presencia de una vista agradable como un parque, árboles o montañas; el acceso a música o arte y la existencia de diferentes espacios de recuperación, más allá de una habitación, pueden ser una gran ayuda para los pacientes mentales. «De hecho, estos elementos permitirán que el paciente pueda generar una recuperación más rápida, básicamente porque logran reducir su estrés», explicaba Víctor Caicedo, Director Comercial y Arquitecto de AEI Spaces. 5 tendencias al diseñar un instituto de salud mental Las instalaciones de salud mental deben estar siempre a la vanguardia de las nuevas tendencias de diseño en materia de bienestar. La premisa básica para este tipo de diseños es crear entornos hospitalarios que realmente influyan positivamente en la recuperación progresiva de los pacientes. Para Victor Caicedo de AEI Spaces, al diseñar estos espacios se necesita tener en cuenta las siguientes tendencias: Los problemas mentales ya no deben ser un tabú; deben tratarse con la misma importancia que cualquier trastorno de salud. Por ello, los centros psiquiátricos modernos deben inspirar a sus pacientes para que busquen ayuda y tomen el control de su recuperación, en lugar de sentirse aislados o rechazados. Además, es indispensable generar espacios donde exista una integración (tanto de los pacientes como del personal) dentro de la institución mental. El objetivo es permitir una sensación de comunidad que genere un compromiso entre los mismos pacientes y, al mismo tiempo, mitigue la sensación de soledad. La creación de zonas que transmitan paz mental (espacios abiertos y acogedores con mucha luz natural) permite que el paciente se sienta cómodo, pueda moverse con tranquilidad y realizar sus actividades por sí solo sin sentir que está «atrapado» en un centro de salud. El uso de paredes “distractoras” también se posiciona como una tendencia creciente en el mundo de la salud, ya que ofrece al paciente la posibilidad de enfocarse en otros temas: pinturas, lecturas, materiales con relieve que al tacto les permite sentir algo diferente, entre otras cosas. También será necesario generar espacios colaborativos para el personal médico, ya sea para socializar o para que puedan continuar enfocados en mejorar el proceso de atención. Se propone crear ambientes agradables, de esparcimiento, con un desarrollo moderno y vanguardista y, sobre todo, equipados con alta conectividad de redes. Todo diseño interior debe involucrar estos tres aspectos que ayuden a crear una atmósfera diferente. Estos espacios deben tener un estudio exhaustivo sobre el tipo de música (o la ausencia de ella), la cantidad de luz y la temperatura adecuada en cada área del hospital. Por ejemplo, la luz y el color juegan un papel vital en el diseño sensorial en términos de efectos visuales, siendo los colores blanco y azul los asociados a la curación. Esta premisa se basa en el hecho de que el comportamiento fisiológico responde (positiva o negativamente) a los colores, sonidos, luz, temperatura, etc. El apoyo familiar es clave en la recuperación del paciente. Por ello, se deben crear espacios que le permitan recibir visitas de sus familiares. Estos espacios deben ser privados, alejados del resto de los pacientes, donde puedan reunirse con sus familiares, conversar, hacer actividades en conjunto y cualquier cosa que les permita pasar tiempo de calidad juntos. Espacios de salud mental a través de una nueva perspectiva: un ángulo humano Para implementar un modelo de atención empática y humanizada, es importante diseñar espacios que le demuestren a los pacientes que aún son parte de la sociedad y que pueden continuar con su vida diaria de forma independiente. Como ya se ha comprobado, el diseño de espacios interiores puede ayudar a conseguir este fin. Entonces, ¿cómo se pueden lograr espacios más «humanos» para los pacientes psiquiátricos? Es necesario crear espacios donde los pacientes se puedan mover
Entrar a un centro de salud puede causar ansiedad, temor o estrés, según el motivo de la visita. Las instalaciones de estos centros pueden ser distantes, rígidas, impersonales y difíciles de recorrer, con barreras físicas entre el paciente, el acompañante y los profesionales de la salud. Hoy, al contrario, las nuevas tendencias arquitectónicas han hecho que estos centros ofrezcan bienestar y cercanía. “Las instituciones de salud han comenzado a acercarse al paciente”, explica Víctor Caicedo, director comercial de AEI Spaces. “Ha cambiado la forma de trabajar de los profesionales de la salud y del personal administrativo, para prestar un servicio médico enfocado en el paciente y sus acompañantes”. Estrategias para el diseño de espacios más humanos Los centros de salud han optado por tener espacios y zonas comunes útiles. “Los patios, las salas de espera, las cafeterías y las terrazas empiezan a convertirse en puntos de encuentro con el paciente”, dice Caicedo. También se redistribuyen los espacios y se emplea un nuevo tipo de mobiliario para que el médico tenga más contacto con el paciente y sus familiares. “La redistribución de los espacios de los consultorios permite que el escritorio no sea una barrera entre el médico y el paciente, sino que se pone a un lado para crear espacios amplios, como una sala”, cuenta Caicedo. El diseño sin barreras permite que todas las personas estén al mismo nivel, lo que facilita una conversación natural y más cómoda. Esa cercanía, a su vez, ayuda a reducir la ansiedad. También se incluyen acabados y colores que crean entornos relajantes, áreas en las que entra luz natural o sistemas de iluminación circadiana. En definitiva, son varios los nuevos principios del diseño de centros de salud. Estos son algunos de ellos: “Lo más importante es ser disruptivos en el diseño. No todas las instituciones son iguales, ni todos los pacientes que van a las instituciones son los mismos. Hay diferentes tipos de pacientes y los servicios médicos que se prestan son diferentes”, agrega Caicedo. De igual forma, en las habitaciones los pacientes disfrutan con la cercanía de plantas. Las salas deben tener estaciones de carga para teléfonos y computadoras, mobiliario ergonómico para evitar las molestias producidas por pasar mucho tiempo sentados y pequeños espacios privados en donde se pueda leer un libro, por ejemplo, sin olvidar las estaciones de hidratación. Con estos cambios, tanto los pacientes como sus acompañantes se sentirán satisfechos y dejarán de percibir al centro de salud como un lugar incómodo durante los largos tiempos de espera. La vista a obras de arte también ayuda a crear entornos gratos y cercanos. Otros parámetros los ofrece la certificación Planetree, líder global en la promoción de centros de salud centrados en el paciente y sus acompañantes. En este sentido, Planetree otorga a los centros de salud tres certificaciones (bronce, plata y oro) con vigencia de tres años. Para otorgar la certificación, un comité disciplinario evalúa la adopción de prácticas como: Un centro de salud con diseño arquitectónico de vanguardia ofrece servicios de calidad y estancias más cortas a los pacientes, porque el espacio les ayuda a sanar más rápido; como resultado, se correrá la voz de la buena atención recibida y a largo plazo aumentará el número de pacientes. Otro beneficio es la retención del personal médico. “Con el diseño y las condiciones de trabajo adecuadas se consigue que el médico no tenga ganas de irse”, dice el director comercial de AEI Spaces. El resultado final serán unos mejores indicadores financieros para la institución. Un centro de salud centrado en las personas: la Fundación Santa Fe La Fundación Santa Fe tiene un edificio antiguo, de más de cincuenta años, y a su lado se construyó uno nuevo. Al contrastar el edificio antiguo con el moderno, se modificaron las salas de espera del antiguo para que tuviesen el mismo “lenguaje” del nuevo edificio. “La Fundación Santa Fe ofrece muchos servicios médicos. Los espacios se veían pequeños y por eso hacen la ampliación”, explica Caicedo. “Esta ampliación mejora el servicio, la capacidad y la forma de atención. Las salas de espera del edificio antiguo son lo último que se ha tocado en cincuenta años”. Para la mejora de las salas de espera se hizo un esfuerzo por comprender la dinámica de la institución. Para ello se efectuaron reuniones con los directores de departamentos de imágenes diagnósticas, admisiones y cirugía. “El objetivo era entender cómo funcionaba cada uno de esos espacios y cuáles eran los momentos del paciente y de los acompañantes”, dice el director comercial de AEI Spaces. Cada espacio era distinto, precisamente porque se trataban de diferentes especialidades médicas. “Nos tocó entender cómo se movía cada paciente en esos espacios. Qué hacía cuando llegaba a admisiones, qué angustia tenía, a qué proceso se iba a someter. De esa forma podíamos saber qué tipo de productos, colores y acabados teníamos que usar para reducir el estrés, la ansiedad y la angustia”, afirma Caicedo. Con esta información, el equipo de diseño arquitectónico aumentó el tamaño de la sala de espera, del departamento de imágenes diagnósticas y del área de admisión. Con más espacios para más empleados, aumentó la cantidad de pacientes atendidos y, con ello, los ingresos financieros de la institución. En conclusión, el diseño de centros de salud pensados en las personas se ha convertido en una novedad crecientemente adoptada, a medida que las instituciones se percatan de la relación entre un mejor diseño y unos pacientes satisfechos.
Una de las grandes lecciones de los últimos años ha sido aprender a valorar la salud mental. Históricamente, las enfermedades que afectan la mente han sido infravaloradas y, en consecuencia, no han recibido la atención necesaria. Por fortuna, esta situación ha comenzado a cambiar, principalmente en los entornos laborales. La salud mental es un estado de bienestar en el que una persona es capaz de desarrollar sus capacidades, trabajar de forma productiva y hacer frente al estrés normal de la vida, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS). Desde esta institución también señalan que los problemas de salud mental serán la principal causa de discapacidad en el mundo para 2030. De allí la importancia de que las empresas se centren en promocionar la salud mental en el trabajo. Según la investigación Workplace Wellbeing Index, de la organización benéfica de salud mental Mind, las empresas que crean un entorno adecuado para que sus empleados gocen de bienestar emocional, psicológico y social, se benefician de una mayor productividad y un mayor compromiso por parte de los empleados. Por ello es clave contar con lugares de trabajo saludables que ayuden a los empleados a dar lo mejor de sí mismos. Factores de riesgo para la salud mental en el trabajo Existen diversos factores sociales, económicos y culturales que pueden deteriorar la salud emocional de las personas, el contexto laboral es uno de los que más influyen sobre la salud mental, porque las personas pasan mucho tiempo en su trabajo. De acuerdo con el Ministerio de Salud y Protección en Colombia, los principales factores de riesgo en el entorno laboral que pueden causar problemas de salud mental son: Cargas de trabajo excesivas o exigencias contradictorias. Falta de claridad de las funciones que debe desempeñar el empleado. Comunicación ineficaz y poco asertiva. Falta de apoyo por parte de compañeros o directivos. Intimidación y críticas que pueden producir frustración y sentimientos de rabia, temor y sensación de acoso psicológico o sexual. Condiciones laborales inadecuadas, como oficinas con poca luz natural, espacios reducidos y mala ventilación. El resultado es la aparición de diversas enfermedades mentales, como agotamiento profesional (burnout), depresión o ansiedad. De hecho, uno de cada tres líderes empresariales afirman que sienten agotamiento profesional y que, a raíz de la pandemia, están ansiosos y estresados, de acuerdo con una investigación de la empresa de servicios y soluciones de capital humano ManpowerGroup. Cómo promover la salud mental con el diseño El objetivo del diseño para la salud mental es crear ambientes laborales sanos, dada la importante influencia del entorno laboral sobre la salud física y mental, comprobada por diversas investigaciones en psicología ambiental, entre ellas The experienced psychological benefits of place attachment. Para crear ambientes que promuevan el bienestar general de los empleados es fundamental tomar grandes decisiones de diseño que tengan como centro a las personas. Los espacios de trabajo necesitan transformarse de manera que se conviertan en lugares en el que los trabajadores se sientan bien y tengan la mejor experiencia posible. Para que así sea es importante atender ciertos aspectos como el entorno físico. Por esta razón, una de las claves para que el diseño realmente esté a favor de la salud mental en la oficina es diseñar para las diferentes personas que la ocupan. Ivette Mora recomienda a las empresas escuchar más a sus colaboradores y centrarse más en ellos, pues cuando se les proporciona un espacio saludable y lleno de bienestar trabajan mejor, lo que al final beneficia al negocio. Diseñar para una variedad de personalidades significa que cada persona encuentre el espacio en el que le guste trabajar y en el que sienta que puede ser ella misma. Esto se consigue conociendo un poco más a las personas. Elementos que pueden contribuir al diseño de espacios centrado en las personas Una oficina bien diseñada puede mitigar el estrés y promover una mayor concentración y productividad. Para favorecer la buena salud mental en el trabajo hay algunos elementos de diseño que pueden tenerse en cuenta: Colores Para Ivette Mora, de AEI Spaces, uno de los retos de los arquitectos es crear espacios físicos que no solamente sean “lindos”, sino armoniosos y tranquilos; además, los espacios deben inspirar emociones positivas, pues en la actualidad las personas acuden a ellos para tener experiencias. Con esto en cuenta, los colores de la oficina pueden ayudar mucho a crear este tipo de entornos. Los colores tienen la capacidad de influir en el bienestar físico y mental, de acuerdo con una investigación en neurociencia y psicología citada por la revista Forbes. El color tiene efectos en el cerebro y en las hormonas, por lo que puede influir en el estado de ánimo y en el comportamiento. El verde, por ejemplo, mejora el estado de ánimo y reduce el estrés, según la disciplina de la psicología del color. Mayor exposición a la luz Una mala iluminación puede causar fatiga visual, dolores de cabeza y cansancio, que aumentan el estrés y llevan a la ansiedad y la depresión. Una investigación de la empresa británica Staples reveló que cuando el acceso a la luz natural es limitado, muchos se sienten estresados. La exposición a la luz natural, por su parte, favorece el bienestar de los empleados, de acuerdo con la investigación Workplace Wellbeing Index. Se ha demostrado que la iluminación y la calidad del aire tienen efectos sobre el funcionamiento y la productividad del cerebro. Incorporación de la naturaleza a los espacios El simple hecho de respirar profundamente y exponer los pulmones al aire fresco puede ayudar a mejorar el estado de ánimo y a reducir la ansiedad. Lamentablemente, no todas las oficinas cuentan con acceso al aire libre. Por fortuna, la naturaleza también puede llevarse a los espacios interiores gracias a la biofilia. La vida moderna ha alejado a las personas de los entornos naturales. Sin embargo, es fundamental retomar esa cercanía con la naturaleza, afirma Ivette Mora, algo que se está logrando en los espacios de trabajo con la biofilia. Cuando se incorporan elementos
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