En este caso particular el concepto a espacializar fueron las emociones, que a través de la investigación en campos como la semántica del color y de la forma se llego a los “Affective spaces” que buscan aprovechar el potencial emocional de los Globers materializado en diferentes climas. La distribución arquitectónica busca romper con la linealidad impuesta por el edifico, quebrando las circulaciones y focalizando las salas de juntas en los vértices. Con esto se creó un paseo por una gradiente paleta de colores cuya intensidad incrementa en los focos, recordándonos la cualidad efímera de las emociones. Este recorrido inicia en los colores neutros y termina en la intensidad de los cálidos y en la serenidad de los fríos, siendo cada color la identidad de una emoción. Cada sala implico el reto de materializar un abstracto como lo son las emociones, esto hizo que elementos como texturas y patrones jugaran un papel muy importante a la hora de generar identidad espacial.
