Para las oficinas de Itaú Private Bank plantea un espacio elegante, cálido y contemporáneo, diseñado bajo una lógica de galería que privilegia la circulación fluida y la experiencia del usuario desde el ingreso. El recorrido inicia con un lobby acogedor y una galería de arte, generando una transición amable hacia áreas lounge y salas de reuniones. Este enfoque permite una experiencia sensorial progresiva, reforzando el carácter institucional sin perder la cercanía y el confort.
La propuesta espacial se basa en una combinación de zonas colaborativas, espacios de reunión de distintas tipologías y áreas de trabajo abiertas e individuales, distribuidas estratégicamente para fomentar tanto la interacción como la concentración. Se incorporan elementos como phone booths, booths lounge, salas mediascape y puntos de café, complementando la experiencia laboral con áreas de esparcimiento que promueven encuentros naturales entre los usuarios. Los materiales seleccionados —vinilos tipo madera y concreto, pinturas en tonos neutros, alfombras modulares y cielos rasos con iluminación empotrada— refuerzan una estética sobria y sofisticada.
Finalmente, el diseño interior contempla carpinterías especiales hechas a medida, mobiliario ergonómico y soluciones acústicas y lumínicas que responden a las necesidades funcionales de cada espacio. La identidad de marca se integra sutilmente mediante acabados y gráfica aplicada, generando coherencia visual en todo el entorno. El resultado es una oficina que equilibra lo institucional con lo humano, ofreciendo una experiencia espacial que comunica confianza, exclusividad y cercanía.
