Cómo diseñar espacios para fomentar la interacción social
La arquitectura es necesaria para mejorar las relaciones humanas, afirma La arquitecta Jeanne Gang. Por ello, cada vez más se diseñan espacios que fomentan las interacciones sociales.
Con la arquitectura los seres humanos han sido capaces de construir más que hogares y rascacielos. El arte de diseñar estructuras tiene un enorme potencial para conectar a las personas y crear escenarios para los encuentros casuales, opina Ángelo Mora Salamanca, líder de diseño de AEI Spaces. Con los espacios arquitectónicos se pueden incentivar las interacciones sociales y construir comunidades.
“La arquitectura surgió como una forma de interacción social en espacios de encuentros como iglesias, mercados y plazas. Hoy, con todo lo que ha sucedido con la pandemia, es como volver a empezar; es decir, volver a buscar esos espacios de interacción para desarrollar la inteligencia colectiva e incentivar la interacción social”, indica el especialista.
De allí la necesidad de profundizar en las claves del diseño de espacios para la interacción. Para ello tomaremos como referencia un grupo de proyectos e ideas innovadoras.
Crear espacios de integración social
La covid-19 ha impuesto nuevos desafíos a la arquitectura. Ahora se apuesta por espacios flexibles y libres que ayuden a convivir y a integrarse. “La idea es no perder las relaciones sociales. La necesidad de interactuar es vital y en ella la arquitectura cumple un papel importante. La lección que nos ha dejado la pandemia es no colocar barreras. Por el contrario, se deben crear espacios de interacción”, dice Mora Salamanca.
La Casa de la Cultura en Movimiento Ku.Be, por ejemplo, en el municipio de Frederiksberg (Dinamarca), es un edificio de 3.200 metros cuadrados inaugurado en 2016 cuyo objetivo es ser un espacio de integración social y cultural.
Para alcanzar este objetivo, se diseñaron ambientes para actividades culturales y deportivas, jardines urbanos y un sistema de microclimas con sonidos y luces cambiantes que se reflejan en una colina con toboganes integrados, todo ello conectado a un paisaje que se extiende hacia los jardines y termina en un anfiteatro en el exterior del edificio.
El aspecto más importante de Ku.Be es que es un espacio concebido para una comunidad y para personas de diferentes edades e intereses. Así pues, los volúmenes más grandes del edificio se adecuaron para reuniones públicas, mientras que los más pequeños se pueden utilizar para exposiciones. Las “habitaciones de ritmo rápido” son ideales para personas que disfrutan de la danza; las habitaciones zen, por otro lado, atraen a amantes del yoga y la meditación.
Diseñar viviendas colectivas
En los últimos años, se han realizado proyectos de viviendas colectivas. Estos han experimentado un importante crecimiento en los países europeos, especialmente en Austria, Finlandia y Suecia, donde se han desarrollado proyectos de vivienda para gente de diversas edades. Uno de los más importantes es la vivienda intergeneracional Zwei + Plus, en Viena.
Este proyecto consiste en viviendas sociales subsidiadas, cuyas unidades se alquilan a cooperantes intergeneracionales. Las personas que se mudan a estos hogares deben ayudarse y comprometerse mutuamente.
Esta vivienda intergeneracional consta de cuatro edificios en forma de L, que forman cuatro patios verdes y acogedores para las personas de la tercera edad. La planta baja contiene espacios para diversas actividades: un café comunitario, una sala de juegos para niños y un jardín para disfrutar del aire fresco y conversar.
En Colombia, el mercado de viviendas intergeneracionales está en constante desarrollo. De hecho, en ciudades como Medellín este tipo de proyectos surgieron para atender las necesidades sociales de las personas mayores.
“En muchas ocasiones, las personas de la tercera edad quedan en situación de abandono, a pesar de tener sus propiedades. Ante este escenario, prestigiosas firmas y arquitectos desarrollan proyectos de este estilo, con el objetivo de garantizarles una vida digna a las personas”, comenta Mora Salamanca.
Japón es otro país que ha fomentado la construcción de viviendas colectivas pensadas para las generaciones mayores. Uno de los diseños más innovadores lo realizó la empresa Daito Trust Construction y el arquitecto Sou Fujimoto. El objetivo fue reconfigurar el diseño estándar de un complejo de apartamentos para aumentar la interacción social. Así, en lugar de disponer pasillos estrechos, los arquitectos diseñaron espacios compartidos cada vez más grandes, con jardines, cocinas e, incluso, teatros.
Reinventar los espacios comunes cívicos
La arquitectura ofrece oportunidades para que las personas se relacionen entre sí, destaca el arquitecto Vladimir Belogolovsky, fundador del Proyecto Intercontinental de Curaduría, con sede en Nueva York. La clave es aumentar el potencial de interacción social de los edificios para crear comunidades resilientes.
En su investigación “Siete estrategias para reinventar los espacios cívicos”, la arquitecta Jeanne Gang desarrolló ideas interesantes en ese sentido. Estas son algunas:
- De ser solo vías de tránsito, las calles se pueden convertir en sitios a los que las personas quieran ir. Para ello se pueden colocar toldos, sembrar árboles, fomentar la instalación de de tiendas y organizar eventos colectivos.
- Ampliar las bibliotecas de las ciudades y organizar en ellas actividades que reúnan a grandes cantidades de vecinos interesados en la cultura, el arte y la educación.
El 10% de la superficie urbana en Estados Unidos está cubierto de parques, que suman unas 800.000 hectáreas, señala Gang. Se sabe que la vegetación promueve la felicidad, la salud y la productividad. Por ello sugiere convertir los parques en lugares de experiencias, que fomentarán las interacciones entre las personas y su entorno.
En los espacios cívicos también ha cobrado importancia la arquitectura paisajista, en particular la biofilia. Según Mora, en la mayoría de los proyectos los elementos naturales tienen que estar presentes por sus muchos beneficios. “La vegetación y los elementos naturales son fundamentales para nuestros proyectos. Si hablamos de interacción social, la arquitectura paisajista le da importancia al medioambiente, la sostenibilidad y el interés por un mundo mejor. De esta manera, la gente es cada vez más consciente de no dañar la vegetación y de no botar basura en los parques”, concluye.
En los últimos años se ha privilegiado el diseño de espacios arquitectónicos que propicien los encuentros sociales y el intercambio de ideas. Se trata de una manera de fortalecer la convivencia, uno de los componentes esenciales de una vida social sana.
Puntos principales del contenido (5 puntos):
- La arquitectura puede fortalecer el capital social.
- La Casa de la Cultura en Movimiento Ku.Be, en Dinamarca, es un ejemplo de arquitectura al servicio de la integración social.
- Los espacios comunes cívicos crean comunidades resilientes.
- Las viviendas colectivas han ganado relevancia en la arquitectura de interacción social.
- Japón ha desarrollado proyectos de vivienda colectiva para las personas de la tercera edad.